El chal más grande del mundo
¡Que sí! ¡Que soy una exageradita! Pero de verdad que así lo sentí cuando me lo enrosqué al cuerpo. Yo, que no estoy nada acostumbrada a llevar chales. Yo, que mi forma elegante de usarlos es alrededor del cuello.
La verdad es que el chal del patrón original no queda tan grandote. Lo que pasa es que yo usé lana más gordita (Malabrigo Mechita), aguja adecuada a esa lana (unos números más altos que la recomendada) y le hice un bloqueo... ¿cómo llamarlo? ¿Agresivo?
Tanto estiré que el chal del patrón original tiene forma de croissant en los extremos (triangular creciente para las entendidas XD) mientras que el mío quedó triangular, a secas. ¡Ups!
Teresa (su diseñadora) pidió tésters por Instagram y por supuesto me faltó tiempo para ofrecerme porque fue amor a primera vista con él.
No es oro todo lo que reluce. Se me ve con el chal todo bien puesto pero menudo lío armé colocándomelo...
Manipularlo sin arrastrarlo por el suelo fue tooooda una odisea. Y la integridad física de los próximos a mí peligraba porque en el gesto de colocármelo lo mismo podía sacarle un ojo a alguien a más de un metro de distancia. ¡Se siente!
Encima fui víctima de una obsesión: ¡Que se vieran bien los picos! Según mi fotógrafa ése era mi mantra: "¡Picos, picos, picos!"
A pesar de lo resultón que es lo cierto es que no es nada complicado de tejer. Si no han cogido nunca unas agujas quizás sea una toma de contacto algo brusca, pero si ya conocen los conceptos básicos no tendrán ningún problema con él.
Eso sí, un truco en la sección de calados para no despistarme fue poner marcadores en cada secuencia. Así si me equivocaba (es lo que tiene tejer mientras ves Netflix) localizaba enseguida dónde estaba el error.
Después de una sesión intensiva de fotos lo suyo era estirar un pizco las piernas y "volar como Superman". ¡La capa ya la tenía!
Elegí estos colores y según iba tejiendo pensaba: "Me recuerda al mar".
Y es que, en palabras de mi queridísima Alhana, experta en color y Bellas Artes: "Tiene el verdoso a aguas, como el agua transparente sobre las rocas, el azul calado, como el agua en la lejanía, y el punto bobo azul y blanco, como la espuma de las olas". ¡Toma ya!
Está claro por qué el mar está de fondo en las fotos, ¿no? Este chal lo pedía.
Una vez estrenado lo único que queda por hacer es seguir disfrutándolo y presumiendo de él. Muchísimas gracias, Teresa, por contar conmigo en su testeo. ¡Es una maravilla!
La verdad es que el chal del patrón original no queda tan grandote. Lo que pasa es que yo usé lana más gordita (Malabrigo Mechita), aguja adecuada a esa lana (unos números más altos que la recomendada) y le hice un bloqueo... ¿cómo llamarlo? ¿Agresivo?
Para rematar la jugada dejé los puntos de los extremos bastante flojitos, así que aquello parecía chicle al bloquear: "estira que te estira" (creo que la lana empleada también influyó, que tal parece que la Mechita tiene bastante elasticidad).
Tanto estiré que el chal del patrón original tiene forma de croissant en los extremos (triangular creciente para las entendidas XD) mientras que el mío quedó triangular, a secas. ¡Ups!
Ahora sí... Grande como es (y triangular perdido, jijiji) es un gustazo andar con él. Como si estuviera envuelta en una nube de lo suave que se siente. Y además abriga lo justito para no achicharrarme pues lleva hilo finito (fingering). ¿Qué más se puede pedir?
Teresa (su diseñadora) pidió tésters por Instagram y por supuesto me faltó tiempo para ofrecerme porque fue amor a primera vista con él.
Manipularlo sin arrastrarlo por el suelo fue tooooda una odisea. Y la integridad física de los próximos a mí peligraba porque en el gesto de colocármelo lo mismo podía sacarle un ojo a alguien a más de un metro de distancia. ¡Se siente!
Encima fui víctima de una obsesión: ¡Que se vieran bien los picos! Según mi fotógrafa ése era mi mantra: "¡Picos, picos, picos!"
¿Picos, picos, picos? |
Las secciones de calados fueron muy entretenidas y tal vez lo que exigió mayor concentración, pero una vez cogí la secuencia ya pude tejer en automático.
Eso sí, un truco en la sección de calados para no despistarme fue poner marcadores en cada secuencia. Así si me equivocaba (es lo que tiene tejer mientras ves Netflix) localizaba enseguida dónde estaba el error.
Después de una sesión intensiva de fotos lo suyo era estirar un pizco las piernas y "volar como Superman". ¡La capa ya la tenía!
¡Mira cómo vueloooo! XD |
Y es que, en palabras de mi queridísima Alhana, experta en color y Bellas Artes: "Tiene el verdoso a aguas, como el agua transparente sobre las rocas, el azul calado, como el agua en la lejanía, y el punto bobo azul y blanco, como la espuma de las olas". ¡Toma ya!
Está claro por qué el mar está de fondo en las fotos, ¿no? Este chal lo pedía.
Una vez estrenado lo único que queda por hacer es seguir disfrutándolo y presumiendo de él. Muchísimas gracias, Teresa, por contar conmigo en su testeo. ¡Es una maravilla!
- Patrón: Chal Asturcón de Teresa Suárez-Llanos
- Mi proyecto en Ravelry: Chal Asturcón
- Dimensiones del chal bloqueado: 266 cm de largo x 94 cm de alto
- Fotos tomadas por: Esmeralda Alonso
- Localización: Tufia, Gran Canaria
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